Reportajes de fotografías de familia en Madrid
Detrás de cada fotografía se descubren intenciones diversas. En ocasiones consiguen sorprendernos por su fuerza estética o por la intensidad de lo que representan. En otros momentos son simples expresiones del tiempo que vivimos o se conforman con reforzar mensajes compartidos. Pero siempre, sin excepción, son un maravilloso cauce para emocionarnos.
Con la fotografía detenemos el tiempo, que queda grabado para siempre en los píxeles o en el papel. Son como pequeñas cápsulas que viajan desde el pasado de cada uno hasta ese instante en el que nos dejamos llevar por la necesidad del recuerdo y por la urgencia de encontrar aquellos rostros y lugares en los que reconocemos lo mejor de nosotras.
Por eso nos gustan tanto las fotografías de familia. Porque somos, al fin y al cabo, una proyección de los nuestros: de los abuelos, los padres y los hermanos. Y nuestros hijos son, a la vez, el enlace con lo que tiene que venir. Y para unir los eslabones de generación en generación, las fotografías de familia se convierten en la mejor guía de nuestros recuerdos: ponen rostros a los que ya no están, reflejan cómo fuimos y nos permiten comprender lo que nuestras familias, la de antes, la de ahora y la de siempre, significan en la particular historia de nuestras vidas.
Ahora contéstame: ¿Cuántas buenas fotografías con tu familia guardas? Me refiero a fotografías en las que estáis todos juntos “en familia”. Probablemente conserves las que te hiciste con tus padres para el carnet de familia numerosa o en algún acontecimiento especial. ¿Y tuyas? ¿Cuántas buenas fotografías tienes con los tuyos?¿De esas en las que todos estáis bien? En el disco duro de tu portátil y en tu móvil seguro que hay muchas fotografías, pero ¿Cuántas merecen la pena o mandarías imprimir en un formato grande?
Todos deberíamos darnos el placer inmenso de dedicar un rato a hacernos un buen reportaje de fotografía con nuestras parejas, padres e hijos. En estudio o en exterior, pero buscando siempre momentos relajados y distendidos en los que se capten bien los gestos y las emociones compartidas. Hacer un buen reportaje fotográfico familiar es como comprar el billete para ese viaje al futuro en el que sólo nos restaran los recuerdos y esas entrañables fotografías que nos hicimos todos juntos, y que reflejan tan bien lo que fuimos, lo que seguimos siendo y todo lo que nos queda por vivir.
Pero como una imagen vale más que mil palabras, dejadme mostraros un pequeño ejemplo. Carol quiso inmortalizar su momento familiar y nos llamó para hacer una sesión fotográfica entrañable y divertida en el parque de Europa. Todos disfrutamos muchísimo, en especial con la participación de sus dos encantadores hijos.
Enhorabuena, Carol, tienes una familia preciosa. Y espero que estas fotografías os acompañen siempre a todos como el mejor recuerdo de un momento irrepetible.
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